Elegir correctamente el tipo de toldo.
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Los toldos son estructuras que se colocan en el exterior de una ventana, una puerta o una terraza para proteger del sol, la lluvia o el viento. Existen diferentes tipos de toldo según su forma, su material y su sistema de apertura y cierre.
Según su forma, los toldos pueden ser:
• De brazo articulado: son los más comunes y se componen de una lona que se extiende o se recoge mediante unos brazos metálicos que se pliegan o se despliegan.
• De cofre: son similares a los de brazo articulado, pero la lona y los brazos quedan guardados dentro de un cajón o cofre cuando se recogen, lo que los protege del polvo y la humedad.
• De capota: son los que tienen forma semicircular o triangular y se fijan a la pared o al techo. Suelen usarse para ventanas o balcones pequeños.
• De punto recto: son los que tienen una lona tensada entre dos barras horizontales que se sujetan a la pared o al techo. Suelen usarse para ventanas o balcones grandes.
• Verticales: son los que tienen una lona que se desliza verticalmente por unos raíles o guías. Suelen usarse para cerrar terrazas o porches.
Según su material, los toldos pueden ser:
• De lona: son los más tradicionales y se fabrican con tejidos naturales o sintéticos que pueden tener diferentes colores, estampados y tratamientos. Son ligeros, flexibles y resistentes al sol y al agua.
- De tejido técnico "screen", son los más innovadores ya que están realizados en tejidos técnicos en los cuales de puede elegir el grado de apertura y por tanto, el nivel de transparencia. Son tejidos muy fáciles de limpiar y de mucha durabilidad.
• De aluminio: son los más modernos y se fabrican con láminas metálicas que pueden tener diferentes acabados y formas. Son más pesados, rígidos y duraderos que los de lona, pero también más caros y menos aislantes térmicos.
• De PVC: son los más económicos y se fabrican con plástico impermeable que puede tener diferentes texturas y transparencias. Son fáciles de limpiar y mantener, pero también más frágiles y menos resistentes al sol y al viento.
Según su sistema de apertura y cierre, los toldos pueden ser:
• Manuales: son los que se accionan mediante una manivela, una cuerda o un tirador. Son más baratos y sencillos de instalar, pero también más incómodos y lentos de usar.
• Automáticos: son los que se accionan mediante un motor eléctrico que se activa con un interruptor, un mando a distancia o un sensor. Son más caros y complejos de instalar, pero también más cómodos y rápidos de usar.
Los motores y sensores de viento son dispositivos que permiten automatizar el funcionamiento de los toldos según las condiciones climáticas. Los motores permiten abrir y cerrar los toldos sin esfuerzo físico ni pérdida de tiempo. Los sensores de viento detectan la velocidad y la dirección del aire y envían una señal al motor para recoger el toldo cuando hay riesgo de rotura o desprendimiento.
Las ventajas de usar motores y sensores de viento son:
• Mayor comodidad: no hay que estar pendiente del clima ni manipular el toldo manualmente.
• Mayor seguridad: se evitan accidentes por caídas o golpes del toldo o sus componentes.
• Mayor durabilidad: se protege el toldo del desgaste por el sol, el agua o el viento.
• Mayor ahorro energético: se regula la temperatura interior de la vivienda según la incidencia solar.